
En forma categórica, los resultados de las Elecciones Regionales y Municipales 2010 resaltan la preeminencia en las fuerzas políticas regionales y locales.
Miguel Silva Vásquez
Con los resultados de las recientes Elecciones Regionales y Municipales, una amplia y cómoda diferencia de porcentaje de votos, se brinda un escenario donde los partidos políticos tradicionales parecen haber perdido terreno.
Tal coyuntura se explica por los conflictos sociales acaecidos durante la presente gestión del gobierno Aprista caracterizado por la presencia de situaciones tensas en las mesas de diálogo, que en cierta forma se agudizó por la ausencia de un dialogo directo y transparente entre el régimen y los comités de base y regiones en forma previa a la ejecución de decisiones políticas que generaron controversia, tanto en la zona de la amazonia peruana (Bagua), en la provincia de La Convención, Cuzco, por el diferendo de la exportación del gas de Camisea, entre otros casos que agudizaron en su momento el clima de gobernabilidad del país.
La nueva configuración política a nivel regional en el país trae en forma inevitable el replanteamiento por consideración de nuevos focos de poder político, que durante mucho tiempo se vieron postergados y marginados por la sombra del centralismo imperante y la hegemonía de los partidos políticos tradicionales limeños, los cuales paulatinamente perdieron crédito y respaldo.
El actual panorama da en forma directa poder a las fuerzas prácticas independientes a nivel nacional, en el sentido de que los gobiernos regionales demandan mayor autonomía y respaldo del Estado con proyectos que apunten en forma real y concreta a un verdadero desarrollo local, sin mediadores.
Precauciones con miras al 2011
Más allá de las Elecciones Municipales y Regionales, la Asociación Civil Transparencia recomendó a los organismos electorales prever mecanismos menos engorrosos para el llenado de actas electorales y mejorar la capacitación de los funcionarios electorales y miembros de mesa, con miras a las elecciones generales del 2011.
Se considera que estos dos aspectos han sido los principales causantes de la inusual cantidad de actas observadas en los comicios pasados. Por esta razón, también recomiendan utilizar de manera intensiva el comité de coordinación electoral, como espacio en el que se dé a los organismos electorales peruanos la posibilidad de hallar soluciones conjuntas a las contingencias que puedan presentarse más adelante. Y ahora solo usted tiene la última palabra y decisión para elegir al próximo gobernante de nuestro país.
En toda elección, ya sea municipal o presidencial, hay actas impugnadas. Lo curioso en este específico caso es la cantidad tan elevada de ellas. En las elecciones presidenciales del 2006 hubieron tan solo 7 mil 500 actas impugnadas pero a nivel nacional. Solo en Lima este número casi se cuadriplicó.
Una última atingencia: algunas actitudes gubernamentales parecieran estar tocando las puertas de los cuarteles, algo tan peligroso como lo sucedido en Honduras, donde Lobo fuera elegido presidente de la república contra la oposición de casi toda América Latina con la asistencia de apenas 30% del electorado hondureño, de los acules apenas la mitad votaron por el candidato “vencedor”. Por supuesto que Hilary Clinton fue la primera en reconocer al usurpador respaldado por los gorilas de siempre.
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